¿Qué vamos a hacer con todo este futuro?
Las aventuras de Sari:
¿Qué vamos a hacer con todo este futuro?
Esta foto me la tomó mi amiga Alice, también tiene un blog, así que si alguien sabe hablar francés, van: https://princessedesiles.wordpress.com/ |
En mi corta vida
una de las preguntas que más veces me han hecho es: ¿Qué quieres ser cuando
seas grande? Cuando es pequeño uno normalmente contesta cosas bastante comunes,
pero que a esa corta edad suenan bastante heroicas: policía, veterinario,
doctor, maestro.
Supongo que este
fenómeno se debe a que mucha de la gente a la que admiramos ejerce este tipo de
trabajos, son personas normales, pero nos dan ejemplos claros. Conforme va
pasando el tiempo, esas respuestas cambian por cosas que nosotros mismos vamos
descubriendo, y empezamos a escoger respuestas mucho más elaboradas: Ingeniero
industrial, abogado, diseñador gráfico, etc.
El punto aquí es
que todos desde pequeños tenemos sueños diferentes: una casa con un jardín
gigante, una boda con cuatro vestidos, un clóset a la Carrie Bradshaw, una
carrera exitosa, etc., etc. Usualmente, o al menos eso es lo que deberíamos
hacer, cada uno persigue sus sueños, se quema las pestañas y hace hasta lo
imposible para poder alcanzarlos. Pero ¿qué es lo que pasa cuando uno alcanza
ese sueño?, ¿es que en ese momento nos sentimos plenamente realizados? ¿Dejamos
la ambición de lado? O ¿Qué tal si ese sueño al final no era tan increíble cómo
creíamos?
Ustedes se
preguntarán porque es que me estoy planteando esa clase preguntas a esta altura
de mi vida; la verdad es que yo siempre he sido de esas personas soñadoras, de
esas a las que la gente “normal” llama loca, porque quiero cosas que parecen
demasiado complicadas para alguien tan “promedio” cómo yo. Nací en un país con
bastantes problemas, en una familia de clase media y con un nombre común (una
vez alguien me dijo que para ser famoso necesitas tener un nombre que suene
raro y atractivo, es algo que se me va a quedar grabado para siempre), digamos
que no soy nada del otro mundo.
Como ya sabrán y
habrán leído un millón de veces en este blog, estoy viviendo fuera de mi país
con la locura de poder alcanzar un sueño y digamos que el haberme salido de mi
país fue para mí, el primer paso para alcanzar ese sueño.
Me vi motivada a
iniciar este post desde hace un par de días gracias a conversaciones que he
tenido con gente que sé que me quiere y esta lejos de mí, porque mientras
hablábamos de cosas un poco más triviales, se dio la interrogante y la
preocupación de qué es lo siguiente.
La gente que me
conoce y ha convivido conmigo, aunque haya sido por un corto periodo de tiempo
no me dejará mentir, soy una planeadora obsesiva, cargo mi agenda a todos lados
y me gusta siempre saber qué es lo que hay que hacer después; pero digamos que desde
hace un par de meses perdí un poco ese control de mi vida y me di cuenta de que
esto puede llegar a ser un arma de doble filo.
Ha sido bastante
bueno porque mis niveles de estrés no tienen nada que ver con los que vivía
años anteriores, mi vida no es ni la mitad de complicada y esto se ha visto
reflejado en mi salud, la mayoría de mis “achaques” han desaparecido y la
verdad es que me siento bastante bien.
El lado negativo
es que el no tener tanto que hacer me ha dado tiempo de procrastinar a más no
poder y a hacer desidia en cosas que en otras épocas de mi vida hubiera hecho desde
un principio.
Otra cosa
peculiar que noté durante este período de mi vida fue que muchas veces el
dejarnos llevar nos ayuda a dejar cosas que no somos o, al contrario, a
convertirnos en alguien que sí somos, pero que nunca habíamos dejado salir. Un
ejemplo un tanto raro de esto es que durante estos meses me he convertido en
una Sarai que le sonríe a la gente mientras camina por la calle, no estoy 100%
segura de si este fenómeno se debe realmente a esto, pero por más raro que les
suene a algunos es verdad, la Sarai amargada y con cara de odio a todos, se ha
convertido en alguien que le sonríe a los extraños, y tengo que decirles que se
siente bien.
Como mencionaba
unos párrafos arriba, últimamente he tenido conversaciones acerca del futuro,
futuro en cuestiones académicas, profesionales y hasta amorosas.
Platicaba con
alguien acerca de estas últimas, hablábamos de como las ganas de tener a
alguien como pareja sentimental vienen a oleadas, hay días que sí y hay días
que no, pero que la mayoría de las veces dejamos este tema como última
prioridad porque normalmente hay 25 cosas más importantes y con más urgencia
para hacer; pero también nos dimos cuenta de que estas oleadas han venido
sucediendo desde que logramos algo que realmente queríamos y hemos llegado al
punto de estar medio perdidas en cuanto a lo que vamos a hacer después.
Terminamos esa
charla con cara de preocupación por el futuro y mejor nos despedimos y nos
fuimos a dormir.
Aquí fue dónde
me empecé a cuestionar: ¿qué estoy haciendo con mi vida?
Finalmente, después
de haber tratado de terminar de escribir este post un millón de veces, borrar y
reescribir más de la mitad de lo que ya había escrito otras mil, hace un par de
días me llegó la inspiración Dior y por fin resolví, no todas, pero sí muchas
de mis dudas.
Este post quizá
no tenga mucho sentido, pero sentía necesario escribirlo. Eso además de quizá
poner a pensar a más de uno con alguna cuestión parecida. La verdad es que creo
que todos hemos llegado a tener un estado de “estancamiento”, un período en el
que simplemente hemos decidido dejarnos llevar y ver qué sucedía y creo que es
bastante válido, todos necesitamos esa libertad alguna vez. Pero creo que lo
importante de toda esta cuestión es el poder regresar a la realidad, ponernos
las pilas una vez más y enserio hacer que las cosas sucedan.
Prometo que el
post de la semana que viene no será tan filosófico, cursi y personal, pero por
lo mientras piensen qué van a hacer con todo este futuro.
What are we going to do with all this future?
In my short life one of the questions that I’ve
been asked the most is: What do you want to be when you grow up? When we were
kids we always answered pretty common things, that for us at this point of our
lives sounded quite heroic: police, veterinarian, doctor, teacher.
I like to think that this phenomenon is due to
the fact that many of the people we admire have this kind of jobs, they are
normal people, but they give us clear examples. As time goes by, those
answers change for things that we discover ourselves, and we begin to choose
much more elaborate answers: industrial engineer, lawyer, graphic designer,
etc.
The important thing here is that everyone,
since we’re kids, have different dreams: a house with a giant garden, a wedding
with four dresses, an enormous Carrie Bradshaw closet, a successful career,
etc., etc. Usually, or at least that is what we should do, each one pursues their
dreams, and does everything they can to reach them. But what happens
when one reaches that dream? Is it at that moment that we feel fully realized?
Do we leave ambition aside? Or
what if at the end the dream wasn’t as amazing as we thought?
By this point of the post you’re probably wondering
why is it that I am asking myself that kind of questions at this point in my
life; The truth is that I've always been one of those dreamers, the ones that
"normal" people call crazy, because I want things that seem too
complicated for someone as "average" as me. I was born in a country
with thousands of problems, in a middle-class family and with a common name
(once someone told me that in order to be famous you need to have a name that
sounds different and attractive, it's something that will be in my head forever),
let's say that I am just another person.
As you already know and have read a million
times in this blog, I am living outside of my country with the crazy idea of
being able to achieve a dream and let's say that leaving my country was for me,
the first step to achieve it.
I was motivated to start this post a couple of
days ago thanks to different conversations I've had with people who love me and
right now is far from me, because while we talked about really trivial things, suddenly
we were wondering, what is next?
People who know me and have been with me, even
for a short period of time, won’t let me lie, I’m an obsessive planner, I carry
my planner everywhere and I always like to know what to do next; But let's say
that a couple of months ago I lost a bit of that control of my life and I
realized that this can become a double-edged sword.
It has been quite good because my stress levels
have nothing to do with the ones I had in previous years, my life is not half
as complicated, and this has really impacted my health, most of my achings have
disappeared and the truth is that I feel pretty good.
The downside is that not having that much to do
has given me time to procrastinate more and the chance to put off things that
in other times of my life I would have done since the beginning.
Another nice thing that I’ve noticed during
this period of my life is that many times letting ourselves go can help to
un-become things we’re not, or to become someone that we are, but that we had
never shown before. A kind of weird example of this is that during these months
I’ve become a Sarai who smiles at people while walking down the street, I am
not 100% sure if this phenomenon is really due to this, but as weird It sounds
it’s true, the bitter and poker-faced Sarai, has become someone who smiles at
strangers, and I have to admit that it feels good.
Going back to my main idea, as I mentioned a
few paragraphs above, lately I’ve had conversations about the future, academic,
professional and even love wise.
I talked about the last ones with one of my
best friends, and we were discussing the fact that the desire to have someone
as a couple comes and goes, but that most of the time we leave this topic as a
last priority because usually, there are 25 more important things and that need
to be done with more urgency; but we also realized that these “love waves” have
been happening since we achieved something that we really wanted and we have
reached the point of being kind of lost about what we are going to do next.
We ended that talk with a concerned face, decided
to finish it someday in the future and we better said goodbye and went to
sleep.
This is where I began to ask myself: what am I
doing with my life?
Finally, after trying to finish writing this
post about a million times, delete and rewrite more than half of what I had
already written another thousand times, a couple of days ago I got some Dior
inspiration and finally I figured out, not all, but a lot of my doubts.
This post may not make much sense, but I felt necessary
to write it. That in addition that maybe some of you are now wondering similar questions,
and that is a 100% ok. The truth is that I think we all reach a “blocking”
stage, a period in which we simply decide to let ourselves go and see what
happens and I think it’s quite fair, we all need that freedom once.
But I think
that the important thing about this whole issue is to be able to return to
reality, stand up one more time and really make things happen.
I promise that next week's post won’t be this
deep, philosophical, and personal, but for now I’ll leave you asking yourselves
what are you going to do with all this future.
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