Semana 9/ 52
Las aventuras de Sari:
Semana 9/ 52
Ya he mencionado en ocasiones
anteriores que hay muchas cosas de Estados Unidos que me siguen sorprendiendo y
muchas veces encuentro estas sorpresas en las cosas más básicas.
El sábado, ejerciendo mi papel de
adulto súper responsable que soy, fui al super con mi host dad y mi host kid a
hacer la compra de la semana. Dentro de las cosas que tenía que comprar para mi
uso personal se encontraba el detergente para lavar mi ropa, porque a pesar de
que solo lo uso para mi y la ropa que tengo no es mucha, lavo cada semana y el
detergente no es eterno.
Desde que apunté en mi lista que
tenía que comprarlo en mi interior me hice la broma de si iba a poder conseguir
este detergente de característica botella azul, con aroma a fresca primavera,
mejor conocido como “Suavitel”. Esto debido a que en mi casa, y creo que en
varios hogares mexicanos, este era el jabón por excelencia (ya sé que Suavitel
no es una marca mexicana, ni mucho menos, pero hay que admitir que es parte de
la cultura), y entonces así podría tener un aroma familiar acompañándome todos
los días (cursi, ya lo sé).
El punto es que llegué al pasillo
de los detergentes, aun pensando en este característico aroma; empecé a buscar
cual era la mejor opción, tanto en cuanto a gusto personal como hablando
monetariamente. Ya me había dado por vencida y de hecho ya había escogido otro
de una marca genérica y sin un aroma interesante, cuando a lo lejos pude ver la
botella azul con una hermosa escena entre madre e hijo y me sentí
inmediatamente muy feliz.
Son esta clase de cosas las que
uno nunca imagina que lo pondrán feliz y que cuando sucede realmente no sabes
que pensar de tu propia emoción hacia algo así.
Ese sábado terminó como un día
bastante casual, dediqué mi tarde a ver Stand Ups y comer comida chatarra.
Al día siguiente como todos
habrán sabido, visto y escuchado, fue el Super Bowl, y da la casualidad de que
vivo en una ciudad cerca de Philadelphia, casa de las hoy campeonas Águilas de
Philadelphia, lo que llevaba a que la euforia por estos rumbos fuera demasiada.
Un par de días antes, una amiga
me invitó a ir a un partido de basquetbol colegial; era un partido importante,
los campeones de la liga nacional: los Linces de La Universidad de Villanova,
contra el quipo al que le han ganado por 5 años consecutivos: los Piratas de la
Universidad de Seaton Hall.
El plan para ese día ir a Phili
al partido y después buscar un lugar donde pudiéramos ser parte de la euforia
del Super Bowl. La verdad es que todo el día fue una aventura y no les mentiré,
ha sido uno de los días más divertidos que he tenido desde que llegué.
Mi día empezó temprano y después
de un desayuno rápido, Alice, que se ofreció a pasar por mí, ya había llegado a
mi casa, así que después de recibir su mensaje diciendo que había llegado, ya
estábamos en camino a la estación de tren; allá nos reuniríamos con dos amigos
de ella y todos juntos iríamos al partido.
Llegamos a la estación de tren y
después de unos 10 minutos de espera el tren llegó y al subirnos, nos
encontramos con la sorpresa de que toda la comunidad estudiantil de Villanova
iba en el mismo tren que nosotros, así que el tren estaba abarrotado al nivel
que nos ahorramos 5 dólares (Aproximadamente $95 pesos mexicanos) porque nadie
nos cobró. Llegamos a Phili y después de buscar nuestras prendas oficiales de
las Águilas, nos dirigimos al estadio.
Cabe mencionar que esta clase de
partidos normalmente son en la Universidad, tienen estadios bastante padres y
bien equipados, pero esta vez se jugó en el Wells Fargo Center que es un
estadio mucho más grande.
Llegamos barriéndonos, justo a
tiempo para ver a los equipos salir, y poder ver el partido completo. Yo nunca
había ido a un partido de básquetbol de esa magnitud y la verdad es que estuvo
increíble, la energía que hay ahí es impresionante y uno se la pasa súper a
gusto, llega un punto en el que ya hasta gritas y te paras, como todo un
fanático experto.
El partido terminó con una
victoria de 92 a 76 a favor de los Linces de Villanova, equipo al cual
terminamos apoyando. Saliendo del partido, el cielo estaba gris y llovía, pero
la siguiente parada de nuestro Domingo deportivo nos esperaba.
No estábamos seguros de donde
íbamos a ver el Super Bowl, pero sabíamos dos cosas: Que íbamos a regresar a
los suburbios, porque la ciudad se iba a convertir en una locura y que no
habíamos comido, así que había que encontrar un lugar para comer.
Decidimos que primero iríamos a
comer, y terminamos comiendo pan francés aprobado por franceses en un bonito
café de vuelta en nuestra zona de suburbios. Terminamos increíblemente llenos,
después de haber comido uno de los panes franceses más ricos de mi vida.
Después de ahí, nuestra noche se
convirtió en una situación bastante rara y un poco triste. Como todos han de
saber, la mayoría de edad en EU es a los 21 (sí, mi mayoría de edad me duró
como 6 meses, mi triste realidad). Nosotros nunca pensamos que esto significaría
un problema; normalmente te dejan entrar a los lugares, como pubs y bares, solo
que evidentemente no te venden alcohol. Pero ese día porque era el Super Bowl y
al parecer todo el mundo andaba histérico, las cosas funcionaban diferente.
Tratamos de ir a dos lugares a sentarnos y disfrutar del partido, pero en los
dos lugares nos hicieron cara y terminamos yéndonos de ambos.
Ya cuando estábamos un poco
decepcionados de la vida, vimos la luz y para no hacerles la historia más
larga, acabamos viendo el partido en Villanova con gente agradable y que hasta
nos invitaron una cerveza. Nada mal para como había empezado nuestra noche.
A fin de cuentas, las Águilas
ganaron su primer Super Bowl en la historia y a pesar de que nos persuadieron a
ir a festejar a Phili, como personas responsables que somos, nos pasamos a
retirar y partimos a nuestras casas.
La semana pasó con regularidad,
con solo dos variantes: La primera es que el miércoles las clases se volvieron
a suspender por una supuesta “tormenta de hielo” o algo por el estilo, que
terminó siendo lluvia casual, y la segunda es que ese mismo miércoles fui al
gimnasio por primera vez desde que llegué. Esto, como persona poco normal que
soy, me hizo muy feliz y a la vez me dejó destrozada, pero bueno, hay días
buenos y hay días malos.
Sé que aquí es donde debería de
terminarse el post si estamos hablando de que les estoy contando lo que pasó en
una semana, pero honestamente, mi siguiente fin de semana estuvo bastante padre
y creo que debería incluirlo en esta narración de hechos.
No estoy para contárselos y
ustedes no están para saberlo, pero antes de que una venga a EU como Au Pair,
tiene que tomar varios cursos de certificaciones y cosas por el estilo,
entonces durante todo el proceso, conoces a mucha gente y conforme va pasando
te sientes unido a estas personas, que quizá nunca has visto, pero sabes que te
entienden porque están pasando por lo mismo que tú.
Este fin de semana me tocó
conocer a una paisana Sonorense, Alicia (tengo algo con la gente que se llama
así al parecer) ella vive en Nueva Jersey, pero vino durante el fin de semana a
conocer Philadelphia y realmente fue bonito conocerla, creo que las dos nos
hayamos bastante, no solo por lo que estamos viviendo, pero descubrimos que a
pesar de la diferencia de edad que hay entre nosotras, tenemos muchas cosas en
común.
Ese día yo viajé en tren de mi
casa a la ciudad, es un trayecto que ya me es bastante familiar y cada día se
me hace más fácil. Después de trasbordar y pasar una buena cantidad de estaciones,
llegué a la mía y empecé mi caminata para encontrarme con mi amiga.
Fue un día lluvioso, pero con un
clima bastante decente, así que pudimos caminar relativamente tranquilas, tomar
fotos y disfrutar un poquito de lo bonito que es Philadelphia. Tuvimos la
oportunidad de ir al museo de arte, qué es donde están las famosas escaleras
que Rocky sube en la película, ver la estatua de este héroe del boxeo y
disfrutar de la vista que te ofrece el lugar.
Después de un par de horas,
comida y mucha plática, era momento de volver a hacer mi viaje en tren y
regresar a mi casa. De nuevo fue un trayecto bastante tranquilo y sin
problemas; la verdad es que he descubierto que me gusta mucho viajar en tren,
te da la oportunidad de escuchar y ver cosas curiosas e interesantes, además de
que es convenientemente barato y eficiente.
Hoy es domingo y escribo este post
después de haber pasado un día lleno de comida y gente de distintas partes del
mundo, la verdad es que todavía no me acostumbro a decir que salí con unas
chicas de Francia o de Países Bajos, pero creo que es de lo más increíble de
esta experiencia.
Aún no estoy segura de que voy a
hacer la semana que viene, pero esperemos que sea tan digno de escribirse como
los dos fines de semana anteriores.
Week 9/ 52
I know that normally on a calendar the week starts on Sunday and that maybe that's how I should do the weekly summaries, because maybe it's a little bit easier to understand them, but since I'm not a calendar and I love to make my life complicated, I've decided that the narration of this week’s adventures is going to start on a Saturday.
I have mentioned on previous times that there
are a lot of things in the United States that continue to surprise me and many
times I find these surprises in the most basic and small things.
On Saturday, in my role of the super
responsible “adult” I’m supposed to be, I went grocery shopping with my host
dad and my host kid to get everything for the week. Among the things I had to
buy for my personal use, I needed detergent to wash my clothes, because even
though I only use it for myself and the clothes that I own are not that much, I
do laundry every week and the detergent is not eternal.
Since the moment I wrote down on my list that I
had to buy it my inner self made a joke about whether I would be able to get
this characteristic blue bottle detergent, with a scent of fresh spring, better
known as "Suavitel". This is because in my house, and I believe that
in several Mexican homes, this was the soap that every mother used (I know that
Suavitel is not a Mexican brand, or anything, but we must admit that it became
part of the culture), and like this I was going to be able to have a familiar
scent with me every day (cheesy, I know).
The point here is that I went to the detergent
aisle, still thinking about this characteristic aroma; I started looking for
which was the best option, both in terms of personal taste and speaking of
money. I had already given up and in fact I had already chosen another one of a
generic brand and without an interesting aroma, when in the distance I could
see the blue bottle with a beautiful scene between mother and son and I felt
immediately very happy.
This is the kind of stuff that you never
imagine will make you that happy and that when it happens you really don’t know
what to think of your own excitement towards something like that.
That Saturday ended as a casual day, I spent my
afternoon watching Stand Ups and eating junk food.
The next day as everyone must known, seen and
heard, it was the Super Bowl, and I happen to live in a city near Philadelphia,
home of the now Super Bowl champions the Philadelphia Eagles, which made
everyone around this area very excited.
A couple of days before, a friend invited me to
go to a college basketball game; It was an important match, the champions of
the national league: The Wildcats of the University of Villanova, against the
team that they have been beating for 5 consecutive years: The Pirates of the
University of Seaton Hall.
The plan for that day was to go to Phili to
watch the game, and then find a place where we could be part of the euphoria of
the Super Bowl. The truth is that the whole day was an adventure and I’m not
going to lie, it has been one of the funniest days I have had since I got here.
My day started early and after a quick
breakfast, Alice, who offered to pick me up, was already at my house waiting for
me, so after a couple of minutes, we were already on our way to the train
station; there we would meet with two friends of her and all together we would
go to the game.
We arrived to the train station and after about
10 minutes of waiting the train arrived, when we got up, we were surprised that
the entire student community of Villanova was on the same train as us, so the
train was so crowded that we saved 5 dollars (Approximately $ 95 Mexican pesos)
because nobody charged us. We arrived in Phili and after looking for our
official Eagles clothes, we headed to the stadium.
It’s worth mentioning that this kind of matches
are usually at the University Campus, they have well-equipped stadiums, but
this time it was played at the Wells Fargo Center, which is a much larger
stadium.
We arrived just in time to see the teams go out
of the dressing rooms, perfect to watch the full game. I had never been to a
basketball game of this size and the truth is that it was incredible, the energy
in there is impressive and you definitely have a great time, it reaches a point
where you are screaming and jumping, like an expert fan.
The match ended with a 92-76 win in favor of
the Villanova Wildcats, team that we end up supporting. Leaving the
game, the sky was gray and it was raining, but the next stop on our sports
Sunday was waiting for us.
We weren’t sure where we were going to see the
Super Bowl, but we knew two things: We were going back to the suburbs, because
the city was going to be crazy later and that we hadn’t eaten, so we had to
find a place to have lunch.
We decided that we would go for lunch first,
and we ended up eating french-approved French toast in a nice cafe back in our
suburban area. An hour later we were incredibly full, after having eaten one of
the best French toasts of my life.
After that, our night became a strange and little sad situation. As everyone should know, the legal age in the US is 21 (yes, my legal age lasted about 6 months, sad reality). We never thought that this would mean a problem; They usually let you in places, like pubs and bars, only that they obviously do not sell you alcohol. But that day because it was the Super Bowl and apparently everyone was hysterical, things worked differently. We tried to go to two places to sit and enjoy the game, but in both places, they politely asked us to leave. We were already disappointed, when we somehow saw the light and long story short, we ended up watching the game in Villanova with nice people that even invited us a beer. Not bad for how our night had started.
After all, the Eagles won their first Super
Bowl in history and although they persuaded us to go and celebrate to Phili, as
the responsible people we are, we left and went back home.
The week
went regularly, with only two differences: The first is that on Wednesday the
classes were suspended again by a supposed "ice storm" or something
like that, which ended up being casual rain, and the second is that the same
Wednesday I went to the gym for the first time since I arrived. This, as a
normal person that I am, made me very happy and at the same time it left me feeling
devastated.
I know
that this is where the post should end if we are saying that I’m telling you
about what happened in a week, but honestly, my next weekend was quite cool,
and I think I should include it in this narration.
I'm not here to tell you about it and you are not here to know, but before you come to the US as an Au Pair, you have to take several certifications courses and things like that, so during the whole process, you meet a lot of people and as you go by You feel closer to these people, that perhaps you have never seen, but you know that they understand you because they are going through the same thing as you.
This weekend I had the pleasure to meet another
mexican, Alicia (I have something with people who are called that way) she
lives in New Jersey, but she came over the weekend to see Philadelphia and it
was really nice to meet her, we really hit it off, not only because of what we
are living, but we discovered that despite the age difference between us, we
have many things in common.
That day I traveled by train from my house to
the city, it’s a journey that is already quite familiar and every day it is
easier for me. After transferring and a lot of stations, I arrived at mine and
started my walk to meet my friend.
It was a rainy day, but with a great weather,
so we were able to walk relatively quiet, take pictures and enjoy a little of
the beauty of Philadelphia. We had the opportunity to go to the art museum, that
is where the famous stairs that Rocky climbs in the movie, see the statue of
this boxing hero and enjoy the view that the place offers you.
After a couple of hours, lunch and a lot of
talk, it was time to go back to my train and make my way back home. Again, it
was a quiet and problem free journey; the truth is that I have discovered that
I like to travel by train, it gives you the opportunity to listen and see
curious and interesting things, besides being conveniently cheap and efficient.
Today is Sunday and I write this post after
having spent a day full of food and people from different parts of the world,
the truth is that I’m still not used to say that I went out with some girls
from France or the Netherlands, but I think it’s one of the most incredible parts
of this experience. I'm still not sure about what I'm going to do next week,
but let's hope it's as worthy of writing as the previous two weekends.
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