¡Oh Canadá! 2.0
Las Aventuras de Sari:
¡Oh Canadá! 2.0
Por fin lo que todos había esperado ha llegado:
están a punto de leer el desenlace de esta aventura, así que aquí les va la
historia de los últimos días en Canadá/ la tierra de Trudeau/ Poutineland.
Cuando llegó el miércoles ya estábamos un tanto
cansados, pero apenas era la mitad de la semana y había muchas cosas que
todavía teníamos que hacer y sobre todo un tanto que manejar porque ese día la
aventura que nos esperaba eran la Cataratas del Niagara.
Es un camino de unas dos horas sobre una larga
carretera en la que ves muchos árboles, pero una vez que llegas a Niagara te
das cuenta de que estás en una zona bastante turística y sobre todo, en un
lugar ha sido invadido por los estadounidenses, no es que tenga algo en contra
de ellos, sobre todo después de que me han dejado vivir en su país los últimos meses de mi vida, pero la
huella americana se puede detectar a kilómetros.
Caminamos a lo largo de la orilla del lago,
rodeado de turistas, y vimos tanto el lado americano como el lado canadiense y
los muchos barcos que van y vienen, bromeando acerca de lo irónico que pueden
ser las fronteras.
Entramos a los túneles para ir detrás de las
cataratas con el mayor estilo en unos bellísimos impermeables amarillos y nos
mojamos un poco en aguas canadienses.
Pasamos el día ahí y después hicimos el camino
regreso porque el jueves nos esperaba
otro día con caminos largos.
Jueves, emprendimos camino temprano a pesar de
nuestras ganas de querer dormir porque, después de hablarlo seriamente con el
resto de mi familia, los convencí de que, en nuestro camino a Kingston, que era
nuestro destino del día, hiciéramos una parada técnica en Pickering, que no es
solo un pueblo bonito y que estaba en nuestro camino, sino que es la ciudad de
el anteriormente mencionado e internacionalmente conocido amor de mi vida: Shawn
Mendes.
Es un camino de unos 20 minutos a Pickering,
así que de buenas a primeras ya estábamos en la marina tomando fotos, pero
sobre todo pensando en lo triste que era el hecho de que yo estaba en Pickering
y Shawn estaba en Filadelfia; y juro que podría escribir un libro completo
acerca de lo triste que es mi situación con este hombre, pero ese no es el
punto de este post, así que ahora nos teletransportaremos a Kingston.
Kingston es otro pueblito bonito al norte de
Toronto, es bastante turístico, pero al mismo tiempo tiene la magia de la
autenticidad y carisma canadiense. Así que como todos se imaginarán caminamos
demasiado, comimos comida deliciosa, pero lo más bonito de este día fue que
tomamos un tour en un edificio de gobierno, en el que un señor mayor nos dio un
tour acerca del lugar y la historia de Canadá.
Tuvimos la oportunidad de aprender un poco de
él y el aprendió un poco de nuestras aventuras como familia, pero sobre todo
nos dijo que éramos totalmente bienvenidos a mudarnos a Canadá y les prometo
que esa invitación a rondado la cabeza de todos los Martínez desde el segundo
en el que lo dijo.
Último día de la semana, sin embargo, no el
último del viaje. Nos dimos la oportunidad de despertar un poco más tarde, para
después ir a la Universidad de Toronto y descubrir que la admisión a las
universidades en Ontario no requiere de un examen extremadamente largo y
estresante; así que, si un día antes ya quería mudarme a Canadá, les prometo
que en ese momento ya había hecho maletas en mi cabeza.
Después de terminar con mi emoción y, siendo
honestos, mi estrés por pensar en el futuro;
fuimos a Eaton Centre en el centro de Toronto, donde entramos a muchas tiendas
y caminamos mucho haciendo hambre para regresar a China Town a comer ahí por
segunda vez en el viaje. Comimos y después fuimos a Kensington Market, donde
entramos a muchas tiendas vintage y compramos una vaporera para hacer
dumplings.
Sábado y era nuestro último día completo en
esta hermosa tierra, el frío se empezaba a hacer presente, así que con
chamarras puestas pasamos todo el día en el Royal Museum of Ontario viendo
dinosaurios y pinturas. Terminamos cansados, y después de buscar comida y tomar
mi última cerveza legal, fuimos a la playa, caminamos por ahí un rato, vimos el
atardecer y tomamos muchas fotos.
El domingo por la mañana ya con maletas hechas
y enchamarrados, porque el otoño oficialmente había llegado a Canadá, nos
dirigimos al aeropuerto con la felicidad de que nuestros vuelos salían con una
hora de diferencia, así que podríamos pasar las horas de espera en el
aeropuerto juntos.
Por azares del destino tuvimos que caminar un
par de cuadras al aeropuerto, pero ya una vez ahí mi familia documentó sus
maletas y estábamos listos para ir a nuestras salas de espera. Como todos
íbamos a tomar vuelos internacionales en un inicio pensamos que teníamos que
entrar por la misma puerta, pero me dijeron que como mi vuelo era a Estados Unidos yo tenía que entrar por otra puerta; así que me despedí rápido de mis
papás y les dije que nos veíamos del otro lado, les di mi número de puerta de
abordaje y caminé.
Me di cuenta de la triste situación en la que
me encontraba cuando pasando por seguridad vi que los policías ya no
eran policías canadienses, sino americanos y no quise pensar lo peor, pero la
preocupación ya pasaba por mi cabeza.
Una vez que me revisaron mis papeles y ya
estaba del otro lado de seguridad, me di cuenta de lo que había pasado, crucé
la frontera en Canadá, lo que llevaba al hecho de que ya no iba a poder
despedirme de mi familia porque ellos no volaban a Estados Unidos.
Así que esta es la triste historia con la que
empecé el post, recibí una llamada de mi hermana y a través del cristal de un
túnel, una llamada telefónica y sobre todo muchas lágrimas nos dijimos adiós,
tratando de mantener la compostura en medio de la situación de película
dramática que estaba sucediendo.
Nos separamos con el corazón apachurrado y
lágrimas en los ojos, y la espera para abordar mi avión comenzó y obviamente
los retrasos no se hicieron esperar, así que en lugar de salir a las 6 como
estaba planeado, dejé las tierras canadienses alrededor de las 8; feliz por esos días en un lugar increíble y con las personas que más quiero, pero
con toda la situación que acababa de suceder dando vueltas en mi cabeza y, por
ende, un poco más ansiosa que de costumbre.
En conclusión y 3,646 palabras después, fueron
unas vacaciones increíbles y comprobé todo lo bonito que es Canadá, espero
poder regresar pronto, porque quien sabe, quizá la Universidad de Toronto
piense que soy un partidazo.
Oh Canada! 2.0
Finally, what everyone had been
waiting for is here: you’re about to read the final episode of this adventure,
so here’s the story of the last days in Canada / the Land of Trudeau /
Poutineland.
When Wednesday arrived we
were already a little tired, but it was barely half the week and there were
many things we still had to do and specially a lot to drive because that day the
adventure that was waiting for us was: Niagara Falls.
It’s about a two hour drive from
Toronto on a long road where you can see a lot of trees, but once you get to
Niagara you realize that you’re in a tourist area and above all, in a place that
somehow has been invaded by the US, It’s not that I have something against
them, especially after I’ve lived in the US for the last months, but the
American trace can be detected from the distance.
We walked along the shore of the
lake, surrounded by tourists, and saw both the American side and the Canadian
side and the many boats that come and go inside the falls, joking about how
ironic borders can be.
We went inside the tunnels to go
behind the falls with the best style in some beautiful yellow raincoats, so we could
get a little wet in Canadian waters. We spent the day there and then we made our
way back because on Thursday we had more long roads to drive.
Thursday, we started our day
early despite our desire to sleep because, after talking seriously with my
family, I convinced them that, on our way to Kingston, which was our final
destination of the day, to made a technical stop in Pickering , which is not
just a beautiful town and was on our way, but it’s the city of the previously
mentioned and internationally known love of my life: Shawn Mendes.
It's a 20-minute drive from Toronto
to Pickering, so we got there fast and quickly we were already at the marina
taking pictures, but mostly thinking how sad it was that I was in Pickering and
Shawn was in Philadelphia; and I swear I could write an entire book about how terrible
and frustrating my situation with this man is, but that’s not the point of this
post, so now we’ll teleport to Kingston.
Kingston is another pretty little
town north of Toronto, it's quite touristy, but at the same time it has the
magic of Canadian authenticity and charisma. So, as we all imagine we walked a
lot, we ate delicious food, but the most beautiful thing about this day was
that we took a tour in the City Hall, were an older man told us everything
about the place and the history of Canada.
We had the opportunity to learn a
little about him and he learned a little of our adventures as a family, but
above all, he told us that we were totally welcome to move to Canada and I
promise that invitation has been living and is still going through the head of
all of us from the second in which he said it.
Last day of the week, however,
not the last of the trip. We gave ourselves the opportunity to wake up a little
later, and then go to the University of Toronto and realize that the admission
to universities in Ontario doesn’t require an extremely long and stressful
exam; so, if I already wanted to move to Canada a day earlier, I promise that in
that moment in my head, I was already packing all my stuff.
Finishing with my excitement and,
being honest, my stress for thinking about the future; We went to Eaton Center
in downtown Toronto, where we went through many shops and we walked a lot
making ourselves hungry and decided to go back to China Town to eat there for
the second time on the trip. We ate and then went to Kensington Market, where
we went into a lot of vintage stores and bought a steamer to make dumplings.
Saturday and it was our last full
day in this beautiful land, the cold was beginning to show up, so with jackets
on, we spent all day at the Royal Museum of Ontario watching dinosaurs and
paintings. We ended up tired, and after looking for food (again) and having my
last legal beer, we went to the beach, walked around for a while, watched the
sunset and took lots of pictures.
Sunday morning with suitcases
packed and jackets on, because the fall had officially arrived to Canada, we
went to the airport with the happiness that our flights left an hour apart, so
we could spend the waiting hours at the airport together.
Long story short, we had to walk
a couple of blocks to the airport, but once we were there my family documented
their bags and we were ready to go to our gates. As we were all going to take
international flights at the beginning we thought we had to enter through the
same door, but they told me that since my flight was to the United States I had
to enter through another door; so I said goodbye to my parents and told them that
we would met on the other side after security, I gave them my boarding gate
number and I walked to my door.
I realized the sad situation I
was in when, going through security I noticed the policemen weren’t Canadian
policemen anymore, but Americans, and I didn’t want to think the worst, but the
worrying thought was already in my head.
Once they checked my visa and I
was on the other side of security, I realized what had happened, I crossed the
border in Canada, which led to the fact that I wasn’t going to be able to say
goodbye to my family because they weren’t they flying to the United States.
So, this is the sad story I
started the post with, I received a call from my sister and through the glass
of a tunnel, a phone call and especially way too many tears we said goodbye,
trying to keep our composure in the middle of the sad movie situation we were in.
We parted ways with a crushed
heart and tears in our eyes, but the wait to board my plane began and obviously
the delays weren’t a surprise, so instead of leaving at 6 o'clock as planned, I
left the Canadian lands around 8 o'clock; happy because of the time I just had spent in an amazing place with my favorite people, but with all the situation that
had just happened repeating in my head and, therefore, a little more anxious
than usual.
In conclusion and 3,646 words
later, I can say that it was an incredible vacation and I saw how beautiful
Canada is, I hope I can go back soon, because who knows, maybe the University of
Toronto thinks I'm a great match.
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